Sequía. Una palabra que cada vez suena con más frecuencia en el campo andaluz. Con temperaturas más altas y lluvias impredecibles, la falta de agua se ha convertido en uno de los principales desafíos para los agricultores. En este artículo te contamos cómo afecta la sequía a tus cultivos y qué estrategias puedes aplicar para minimizar sus consecuencias.
Impacto de la sequía en los cultivos más comunes
Trigo, cebada y avena: cereales sensibles al estrés hídrico
Los cultivos de secano como el trigo, la cebada y la avena son especialmente vulnerables a la escasez de agua, sobre todo en fases clave como la floración o el llenado del grano. Una sequía prolongada puede reducir el rendimiento entre un 30 y un 60 %, afectando directamente a la rentabilidad de la campaña.
Maíz y sorgo: opciones más resistentes
Aunque el maíz necesita riegos frecuentes, responde muy bien si se controla bien el riego por goteo. El sorgo, por su parte, es una alternativa interesante en zonas con menos disponibilidad hídrica, ya que soporta mejor la sequía que otros cultivos gracias a su sistema radicular profundo.
Adaptarse a la sequía: prácticas agrícolas clave
Elección de variedades adaptadas
Una de las medidas más eficaces es elegir variedades con ciclos más cortos o mejor adaptadas a condiciones de baja pluviometría. Empresas como Cereales Lozano ofrecen semillas seleccionadas según la zona y las previsiones climáticas.
Técnicas de siembra y manejo del suelo
Reducir la labranza y optar por siembras directas o en mínimo laboreo ayuda a conservar la humedad del suelo. Además, incorporar materia orgánica mejora la estructura del terreno y su capacidad de retención de agua.
Riego eficiente
Si dispones de sistema de riego, es fundamental optimizarlo. El riego localizado, combinado con sensores de humedad y programación inteligente, permite ahorrar agua sin comprometer la producción.
Apoyo técnico y planificación con proveedores fiables
Contar con un proveedor que no solo suministre semillas, sino también asesoramiento, puede marcar la diferencia en campañas difíciles. En Cereales Lozano, por ejemplo, no solo disponen de variedades resistentes a la sequía, sino que orientan a cada agricultor según las condiciones concretas de su finca.
Además, planificar con antelación y contar con información actualizada sobre previsiones climáticas y ciclos de cultivo permite tomar decisiones más seguras y reducir riesgos.
Más allá de la sequía: prepararse para el futuro
La sequía no es un problema aislado, sino una tendencia dentro del cambio climático. Por eso es esencial trabajar con una visión a medio y largo plazo. Esto implica adaptar las rotaciones de cultivo, invertir en tecnología y formarse de forma continua para aprovechar al máximo los recursos disponibles.
Conclusión
La sequía no se puede evitar, pero sí se puede gestionar. Con decisiones acertadas, técnicas eficientes y un proveedor de confianza, tus cultivos pueden seguir siendo rentables incluso en condiciones difíciles.
Contacta con nosotros y recibe asesoramiento personalizado para elegir el cereal que mejor se adapte a tu terreno y a las nuevas exigencias climáticas.